Vitalidad en cápsulas: el rol clave de los suplementos en la tercera edad

Por años, la alimentación ha sido el pilar de una vida saludable. Pero con el paso del tiempo, el cuerpo cambia, y las necesidades nutricionales también. En la tercera edad, mantener una dieta equilibrada puede ser más difícil debido a factores como la disminución del apetito, problemas de absorción o restricciones médicas. Es ahí donde los suplementos alimenticios y las vitaminas juegan un papel fundamental.

Los expertos coinciden en que ciertos nutrientes son especialmente importantes para adultos mayores:

  • Vitamina D y calcio: esenciales para mantener la salud ósea y prevenir la osteoporosis. Su combinación ayuda a reducir el riesgo de fracturas, especialmente en mujeres postmenopáusicas.
  • Vitamina B12: clave para el funcionamiento neurológico y la producción de glóbulos rojos. Su deficiencia puede provocar fatiga, pérdida de memoria y problemas cognitivos.
  • Omega-3: los ácidos grasos presentes en el pescado ayudan a proteger el corazón, reducir la inflamación y mejorar la función cerebral.
  • Magnesio y zinc: contribuyen al sistema inmunológico, la salud muscular y la regulación del azúcar en sangre.
  • Probióticos: favorecen la digestión y fortalecen la flora intestinal, lo que puede mejorar la absorción de nutrientes y prevenir molestias gastrointestinales.

Aunque estos suplementos no reemplazan una dieta variada, pueden ser aliados poderosos para conservar la energía, la movilidad y la claridad mental. Eso sí, su uso debe ser supervisado por profesionales de la salud, ya que cada organismo tiene requerimientos únicos.

En un mundo donde la longevidad va en aumento, cuidar la nutrición en la tercera edad no es solo una cuestión de salud: es una apuesta por una vida plena, activa y con calidad.

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